El mundo Interpersonal del infante
Autor | Daniel Stern |
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Asunto | Psicología del desarrollo |
Editorial | Libros básicos |
Fecha de publicación
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1985 |
ISBN | 978-0-465-09589-6 |
OCLC | 45430229 |
Parte de la una serie de artículos en |
Psicoanálisis |
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Conceptos
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Figuras importantes
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Obras importantes
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Escuelas de pensamiento
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Formación
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El mundo Interpersonal del infante (1985) es una de las obras más destacadas de psicoanalista Daniel N. Stern, en que describe la desarrollo de cuatro interrelacionadas sentidos del uno mismo.[1] Estos sentidos de sí mismo desarrollan sobre la vida, pero hacen avances significativos del desarrollo durante períodos sensibles en los dos primeros años de vida. La madre u otro primaria archivo adjunto Figura juega un papel fundamental en ayudar al niño con este proceso de desarrollo.
Contenido
- 1 Sentidos del uno mismo
- 1.1 Self emergente
- 1.2 La base del uno mismo
- 1.3 Ser subjetivo
- 1.4 Ser verbal
- 2 Implicaciones clínicas
- 3 Crítica
- 4 Véase también
- 5 Referencias
Sentidos del uno mismo
Self emergente
Al nacer, el niño experimenta el mundo como un aluvión de estímulos sensoriales aparentemente sin relación, que él o ella poco a poco aprende a "yugo" con claves como "tono hedónico" (calidad emocional) y temporal y los patrones de intensidad compartidos entre estímulos. Este proceso de integración y organización de experiencia, llama la emergentes sentido de sí mismo, continúa hasta alrededor de dos meses. Sirve como "base de la capacidad del niño aprender y crear"[citación necesitada] y es lo que Stern cree que es el sentido del yo que se interrumpe en los síntomas negativos de esquizofrenia y otros psicóticos trastornos.
La base del uno mismo
Alrededor de dos meses, organización del niño de la experiencia sensorial alcanza un punto donde es capaz de ordenar suficientemente la experiencia que han integrado memorias episódicas. Esto permite un mayor nivel de sofisticación organizar experiencias futuras, como el niño es capaz de discernir objetos discretos invariantes de estímulos sensoriales intermodales y utilizar éstos para llegar a generalizaciones acerca de lo puede esperar en el futuro de su entorno. En este proceso, el niño también llega a ser consciente de sus propias características ("self-invariantes"), que le dan al niño su sentido de la base del uno mismo como una entidad distinta de otros objetos en su entorno.
El niño también desarrolla representaciones generalizadas de sus interacciones con su cuidador principal durante este tiempo, un concepto relacionado con e informado por Teoría del apego. El niño aprende si puede confiar en su proveedor de atención médica para proveer a sus necesidades y los tipos de respuestas afectivas y conductuales que puede esperar en situaciones específicas, que sirven como base para su estilo de apego futuro. Un importante papel de los cuidadores durante este tiempo es para ayudar al niño en la regulación de su afectan[citación necesitada]. Finalmente, si todo va bien, el niño internaliza estas experiencias con la figura de apego primaria y ser capaces de invocar estos recuerdos para ella ayudar a autorregular su efecto[citación necesitada]. Stern cree que rompe durante esta fase de desarrollo dan como resultado frontera patología[citación necesitada].
Ser subjetivo
Alrededor de siete meses, el niño comienza a ser consciente de que sus pensamientos y experiencias son distintas de las de otras personas, que hay una brecha entre su realidad subjetiva y la de otras personas. Sin embargo, con sintonización apropiada por la figura de apego primario, el niño también llega a ser consciente de que esta brecha puede ser superada a través de intersubjetivo experiencias, como el intercambio de afecto y atención. La falta de tal armonización, como podría ocurrir, por ejemplo, si la madre sufre de depresión, puede privar al niño de experiencias intersubjetivas suficientes, dejando al niño no se puede conectar a otras personas de cualquier manera significativa, que Stern considera puede ser la base Trastorno de personalidad narcisista y Trastorno de personalidad antisocial.
Ser verbal
Alrededor de 15 meses, el niño desarrolla la capacidad de representación simbólica y el lenguaje y es capaz de crear complejas representaciones mentales abstractas de experiencias, facilitando la intersubjetividad sino cambiar el enfoque del niño hacia aquellas cosas que pueden ser representados y comunicarse en la lengua.
Implicaciones clínicas
Disturbios (por ejemplo, abuso, trauma) que ocurren durante los períodos sensibles y así interfieran con procesos importantes de desarrollo pueden tener consecuencias más graves que "insultos" más adelante en vida. Según Stern, estos disturbios pueden volverse abiertamente cualquier punto en el tiempo y la naturaleza en lugar de la hora del insulto determinarán el conflicto resultante. Además, más adelante psicopatología se manifestará en un dominio relacionado con el período sensible en el que el insulto ocurrió.
Con respecto a terapia, Stern resalta la importancia de momentos"ahora" como un potencial de cambio y crecimiento en el cliente como el terapeuta, sino también en la relación terapéutica. Estos pueden ser descritos como momentos de intersubjetivo relación emocional y son, en opinión de Stern, necesario para el resultado terapéutico positivo.[2]
Crítica
Los críticos han sugerido que la naturaleza de insultos durante los periodos sensibles no predecir los temas clínicos específicos que posteriormente se convierten, socavar la utilidad clínica de esta teoría.[3]
Véase también
- Ser tripartita de Stern
Referencias
- ^ Sonkin, D.J. (2005). Teoría del apego y psicoterapia. El terapeuta. Obtenido de febrero de 2005 de https://www.Daniel-Sonkin.com/attachment_psychotherapy.htm.
- ^ Stern D (2004). La actualidad en psicoterapia y la vida cotidiana. W el. W. Norton & Company. ISBN0-393-70429-7.
- ^ Zeanah, C.H. (1986). Comentarios sobre el libro. Revista de la Academia Americana de psiquiatría infantil, 25, 582-584.